Aurora Cuero cuenta un Romance titulado: Caperucita Encarnada, con dos posibles finales. Está construido a partir de una versión de Elena Fortún.
sábado, 20 de marzo de 2021
IV MARATÓN DE CUENTOS. 46. Mar profe. "Sopa de Piedra" (S)
Hola, soy Mar y os voy a contar "Sopa de Piedra". Es un cuento que conozco desde niña, ¡aunque es la primera vez que lo cuento! Existen muchas versiones y es contado en toda Europa desde el año de Maricastaña.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 44. Alicia Jiménez: "Baratillero contra Tejedora"
Alicia Jiménez nos cuenta: Baratillero contra Tejedora
El ogro Baratillero es malvado y posee unas botas mágicas pero tejedora es una mujercita inteligente que conoce un montón de historias...¿Quién ganará de los dos?. Escucha este cuento sin que se te escape ningún punto...
IV MARATÓN DE CUENTOS. 43. Simone Negrín. "Cuento tradicional Italiano".
Simone Negrín, brotado y criado en Italia, curtido y adobado en Galicia, Simone Negrin es teatrero y formador, apasionado del género humano en sus múltiples salsas. Recolecta historias reales, las guisa con amor y las narra echándole humor y un variado de emociones.
Reincidente en nuestro Maratón de cuentos trabenquero nos cuenta: un Cuento tradicional Italiano. Si te gusta su cuento, no te pierdas su canal
IV MARATÓN DE CUENTOS. 42. José Ángel: "Pinocho"
José Ángel, tío de Mara, Leona de la clase de 3 años, nos manda desde Barcelona su versión de Pinocho.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 41. Andrea Ortuzar: "Wangari y los árboles de la paz"
Andrea Ortuzar es Actriz y narradora chilena afincada en España desde el 2003. Cuenta Cuentos para todas las edades desde hace 12 años. Puedes conocer más sobre su trabajo aquí y aquí.
Narradora reincidente en nuestro maratón, hoy nos cuenta: Wangari y los árboles de la paz, un precioso cuento que habla de la vida de Wangari Maathai y su gran labor como activista y política Keniana.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 40. La Bruja Berenjena: "La justicia de las anjanas". (A)
La bruja Berenjena nos cuenta La justicia de las anjanas, un cuento español que se cuenta en Cantabria.
Las anjanas son brujas buenas que viven en las montañas de Santander, en los Picos de Europa. Tienen poderes sobrenaturales y castigan a los malos. Los ojáncanos son brujos bastante malos, que solo piensan en hacer daño. Se cuentan que viven en cuevas y que tienen solo un ojo en la frente, se alimentan de carne de osos y son enemigos de las anjanas.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 39. Mar del Rey: "Menos lobos Caperucita"
Mar del Rey, nos cuenta su propia versión del cuento de Caperucita.
MENOS LOBOS CAPERUCITA
Por Mar del Rey
Ella se pone su caperuza roja y echa andar por donde el lobo
le ha señalado, mientras él corre por otro camino que le llevará mucho más
rápido hasta casa de la abuela.
Encuentra la puerta entornada, tal y como le dijo la niña, y
entra sigiloso. La abuela está medio dormida. Él se acerca despacio, paso a
paso, entonces crujen unas tablas del suelo.
La abuela entreabre los ojos, alarga la mano hacia la mesilla
en busca de sus gafas, las golpea y caen. El lobo se abalanza justo en el
momento en que ella se agacha y alarga la mano tanteando el suelo.
El lobo cae en el lateral de la cama que ella acaba de dejar
vacío, retrocede.
_Pero se puede saber qué haces ¿eres tú Caperucita?
La abuela se incorpora, se coloca las gafas, mira hacia él,
aunque ya solo ve una boca una boca que cada vez es más grande y oscura.
_Auxil…
El lobo se traga el grito, las gafas y a la abuela con ropa y
todo. No hay nada más peligroso que un lobo hambriento.
El lobo se mete en la cama y espera convencido de que la Caperucita
llegará y le confundirá con la abuela y está en lo cierto según cuentan una y
otra vez.
TOC, TOC, TOC
_Pasa, pasa hijíta -dice el lobo fingiendo ser la vieja. No
entra nadie.
TOC, TOC, TOC
_Y por qué no entra, espera…tengo que decir las palabras,
¿cómo era? ¡Ah sí! Tira de la aldabilla y caerá la tarabilla.
Pero nadie abre. El lobo se levanta de la cama, se coloca la
mañanita sobre los hombros, coloca el lacito del camisón centrado en su pecho, mete
una pata en la zapatilla, la otra, va hacia la puerta y abre.
Se encuentra frente a frente con otro lobo que al principio
no le ve, entretenido con su propia frase.
_...entonces soplaré y soplaré y tu casita derribaré.
El recién llegado hincha los carrillos y ahora sí repara en
el lobo en camisón y deja escapar todo el aire.
_Colega.
_...
_Te has confundido de puerta.
_Pero ¿qué haces tú en esta casa? -pregunta el recién
llegado.
_Soy el lobo de este cuento ¿qué haces tú aquí?
_Iba persiguiendo a dos cerditos que me tienen loco de tanto
correr detrás de ellos y me he despistado.
_¿Te refieres a los cerdos que viven en una casa de paja, una
de madera…?
_Esos mismos.
_Pero no, eso es justo cruzando el río, en la otra colina.
Tienes que ir hacia el bosque y desviarte en la fuente hacia arriba…
_Ah…vaya
_Un momento, si vas hacia allá te cruzarás con Caperucita y
puede que sospeche.
El otro lobo asoma la cabeza y mira hacia fuera.
_ Parece mentira que a estas alturas de la historia te
confundas de puerta y de cuento ¡Rápido! Pasa y métete en el armario.
El lobo recién llegado se esconde. El primer Lobo se quita
sus zapatillas rosas, vuelve a meterse en la cama, se coloca el gorro y ajusta el
lacito rosa del camisón centrado en el pecho y la mañanita sobre sus hombros
peludos.
_Pasa, pasa hijíiita.
TOC, TOC, TOC
_Ay se me olvida siempre…Tira de la aldabilla y caerá la
tarabilla.
No se oye nada, ni se ve movimiento en la puerta de la casa.
El lobo se levanta de la cama, coloca el lacito del camisón centrado en su
pecho, se pone la mañanita sobre los hombros, mete una pata y después la otra
en las zapatillas, y va hacia la puerta. Entonces se escucha una voz que viene
de fuera.
_¡Abridme cabritillos, soy vuestra mamá!
_No me lo puedo creer.
La puerta se va abriendo poco a poco, por el lateral de abajo
aparece una pata peluda y blanca mientras por arriba asoman dos grandes orejas
oscuras.
El lobo de la Caperucita abre la puerta de sopetón, y se
encuentra al otro lado a un lobo que se incorpora asustado.
_¿Quieres dejar de hacer el ridículo?
Ambos se observan un momento en silencio. El lobo recién
llegado mira al otro: su gorro, los lacitos del gorro, del camisón, las
zapatillas rosas cubriendo sus patas…
_¿Quién es el ridículo? ¿Tú te has visto? Yo solo tengo una
pata cubierta de harina.
_Para una vez que voy de mujer prefiero estar mona…¿Se puede
saber qué haces aquí?
_Buscar a los cabritillos.
_¿Te parece esta su casa?
El otro mira a su alrededor: ve la cama, la cómoda el
armario, el fuego encendido.
_No mucho, no.
_Toda la vida yendo por el mismo camino y te pierdes a estas
alturas.
_Mira tengo un hambre que ni veo. Además ¿sabes el lío que es
mi historia? Primero a casa de los cabritillos, luego al gallinero a por claras,
luego de vuelta a la casa de los cabritillos, luego al molino a por harina y
ahora… ya no sé ni dónde estoy.
_¿Vas a la casa de los cabritillos?
_Sí, claro, eso quería.
_¿La casa donde viven la mamá y 7 cabritillos que está cerca
de un bosque?
_Esa misma.
_Pero esa casa queda para el otro lado, tienes que salir, subir
por esa colina, atravesar el bosque y…
_Ah, vaya.
_Un momento, si vas hacia allá te cruzarás con Caperucita y
puede que sospeche.
El otro lobo asoma la cabeza y mira hacia fuera.
_Parece mentira que a estas alturas de la historia te
confundas de puerta y de cuento ¡Rápido! Pasa y escóndete.
El lobo de Caperucita señala hacia el armario, el de la pata
blanca abre la puerta.
_Aquí dos no cabemos- dice una voz desde la sombra del
interior el otro da un respingo.
_Pero tú ¿quién eres?
_Otro despistado.
_No es tiempo de presentaciones.
El lobo del armario sale y sonríe.
_Despistado y hambriento. Soy el de los Tres cerditos ¿qué
tal? -le acerca la pata, el otro la sujeta con la suya cubierta de harina y le mancha
de blanco.
_Perdona, no paro de meter la pata -dice el de los
Cabritillos.
_Nada, no te preocupes, entonces ¿cómo has llegado hasta
aquí?
_En realidad yo iba a casa de los cabritillos.
_¿Esos que son 7 que viven con su mamá?
_Los mismos.
_¡Ah pero es por otro lado!
Se sientan sobre la cama y empiezan a charlar. El de la
Caperucita se les acerca y los levanta de un tirón de orejas.
_¡Queréis hacer el favor de esconderos! La niña está a punto
de llegar.
El del armario va hacia el armario, el otro se queda de pie
mirando a su alrededor.
_Métete en la cómoda, voy a echar un vistazo, con tanto trasiego
a lo mejor nos ha visto y se ha asustado.
El de los cabritillos vacía un cajón de la cómoda, mete la
ropa debajo de la cama con su pata y se mete dentro, antes de cerrar el cajón
asoma la cabeza.
_¿Y si viene la abuela?
_Eso ¿y si viene la abuela? -corea otra voz desde el armario.
_La abuela no nos va a molestar.
_¿Cómo puedes estar tan seguro?
_Soy el lobo de este cuento, conozco sus horarios. Ahora
silencio.
Se escucha una especie de rugido desde el armario.
_¿Qué ha sido eso?
_Mis tripas…
_Anda, si os portáis bien os dejo los huesos de la niña para hacer
un caldo.
_ ¿Has oído lo que acaba de decir? -pregunta el de los Tres Cerditos.
_Es un idiota -le contesta el de la cómoda.
_No quiere compartir a la niña y ¿sabes qué? Creo que ya se
comió a la abuela.
_ ¿Cómo estás tan seguro?
_Tiene aquí su bolso y una abuela no va a ningún sitio sin su
bolso.
_Eso es micromachista.
_Lo que tú digas, pero es extraño. Además, una vieja no se
aleja tanto de su casa y más si está enferma.
_ ¿Cómo sabes que está enferma?
_Es la abuela de Caperucita, por dios, cultura general.
_Bien, si se ha comido a la abuela y de la nieta solo nos va
a dejar los huesos, este lobo se merece un escarmiento. Además ¿has visto que
casa tiene?
_La casa y el cuento, este come carne tierna una vez sí y
otra también y nosotros…
Suspiran los dos lobos a la vez.
_Ataquémosle cuando esté desprevenido. El aullido será la
señal.
El lobo del cuento entra corriendo.
_ ¡A callar! que viene Caperucita.
Los otros dos se hacen un guiño y cierran puerta y cajón.
_¡Tira de la aldabilla y caerá la tarabilla!
Entra Caperucita en la casa.
_Menos mal, alguien que entiende la frase.
_¿Qué dices Abuelita?
_Nada, nada que pases hijita, que pases.
_Ay abuela qué mala pinta tienes, debes estar muy enferma.
_Gracias hijíiita tú sabes animar a una vieja.
_Perdona, mira te he traído tortilla de mamá. ¿Quieres que te
corte un trozo?
_Luego hijíiiita ven conmigo a la cama que tengo mucho frío.
_Pero abuela, eso es colecho.
_¡Qué colecho ni qué coleches! Es lo que se ha hecho toda la
vida.
La niña se mete con la abuela en la cama y empieza a temblar.
_Abuelita, tienes el cuerpo lleno de pelos.
_Es por el antibiótico.
_Pero Abuelita ¡tienes los ojos enormes!
_Son las gafas de hipermétrope.
_¿Qué dices? Si no llevas las gafas puestas.
_Que… son para verte mejor.
_Aaahhh
_Pero abuelita ¡qué boca tan grande tienes!
_Es para ¡comerte mejor!
Casi al mismo tiempo, a una velocidad asombrosa la niña se
pone la caperuza y vuela con su capa roja hasta quedar agazapada en la lámpara
de techo. Los lobos ni siquiera la ven, están dentellada va, dentellada viene.
Uno se come al lobo del cuento desde la cabeza hasta el ombligo, y el otro del
ombligo hasta la cola.
Cuando terminan su festín, la niña ha desaparecido, descubren
la lámpara bamboleándose sobre sus cabezas y la puerta de la casa abierta.
_¡Ha escapado!
Entonces llegan los lobos y les preguntan a las lavanderas si han visto a Caperucita. Ellas asienten y les señalan la otra orilla. Los lobos preguntan cómo cruzó. Las lavanderas extienden la sábana de orilla a orilla, ellos pasan por encima y cuando están en mitad del río sobre la zona más caudalosa, las mujeres sueltan las sábanas y los lobos caen y se pierden entre la corriente.
Fin
IV MARATÓN DE CUENTOS. 37. Don Nadie: "Caperucita Roja"
Antonio Barea, Don Nadie, nos regala para nuestro maratón una versión un poco especial de Caperucita Roja, 1,2,3, Caperucita del revés.
Si te gusta su trabajo, te recomendamos que escuches su canal de spotify: Cuentos para una princesa
IV MARATÓN DE CUENTOS. 35. María Fraile: "La anciana que vivía en una botella de vinagre"
María Fraile narradora oral, terapeuta ocupacional, danzante, hortelana, pastora, mamá y todo lo que se me ponga por delante. Me alimento de cuentos a diario y luego me salen por los poros de la piel y por la boca, por supuesto. Pincha en su nombre y sabrás más cosas sobre ella.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 33. Julia (4a) y su yayo Cleofé, Toño y Elvira: Cuentos de nunca acabar
- La historia del Rey que tenía tres hijas.
- El cuento de Juan Pimiento que cagó y se lo llevó el viento.
- El cuento de la Cáncara Musa que nunca se acaba
IV MARATÓN DE CUENTOS. 31. Juan Malabar: "Caramba una mosca"
Soy Juan Malabar y os mando mi granito de arena para vuestro Maratón. Es un cuentico corto basado en el cuento popular There was a old lady who swallowed a fly, en español Caramba una mosca.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 28. Pequeño Dragón: "Sopa de Piedra" (A)
Pequeño Dragón (5º) cuenta Sopa de Piedra
Hubo una vez un soldado, que volviendo de la guerra tubo la mala
suerte, de llamar justo en la puerta de la mujer más tacaña de todo el pueblo.
- - ¿Quién va? – Dijo la mujer
- - Soy un soldado que viene hambriento y cansado
dela guerra
- - Pues siga usted su camino que yo no tengo nada
que ofrecerle
- - Pero hombre, ¡mujer!, si yo no soy un mendigo, si
yo soy un soldado. Lo único que le pido es una olla y un poco de agua para
prepararme una deliciosa sopa de piedra.
- - ¿Sopa de piedra?... bueno, pase, pase…
Entonces la mujer dejo pasar la
soldado y este puso unas piedras que llevaba en el morral en la olla que le
había dejado la mujer y empezó a remover. Y a remover y a remover y a remover y
después de un rato probó aquél caldo
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que… le
faltaría un poquito de sal. Claro que usted sal no tendrá….
- - Bueno, poco tengo, poco tengo, pero un poco de sal
sí que le puedo dar.
Entonces la mujer fue a la despensa, cogió la sal y se la
dio al soldado, este la echó y empezó a remover y a remover, y a remover y
después de un rato volvió a probar aquel delicioso caldo.
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que con un
poco de cebolla picada estaría genial. Claro que usted cebolla no tendrá….
- - Bueno, poco tengo, poco tengo, pero un poco de cebolla
sí que le puedo dar.
Entonces la mujer fue a la cocina,
cogió una cebolla y se la dio al soldado, que bien picadita, la metió en la
olla y empezó a remover y a remover, y a remover, y entonces volvió a probar la
sopa y dijo:
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que con un
poquito de zanahoria y con un poquito de puerro estaría para chuparse los dedos.
Claro que usted no tendrá zanahoria y puerro.
- - Bueno, poco tengo, poco tengo, pero un poco de zanahoria
y puerro sí que tengo.
Entonces fue a la cocina cogió un
poco de zanahoria y puerro y se lo dio al soldado, que otra vez lo picó y lo metió
en la olla. Y empezó a remover y a remover, y a remover, y entonces volvió a probar
aquel caldo:
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que con un
poquito de apio estaría mucho mejor. Claro que usted apio no tendrá.
- - Bueno, poco tengo, poco tengo, pero un poco de apio
sí que tengo.
Se fue a la cocina cogió apio y el
soldado lo troceó y lo echó la olla. Y ¡oye!, que la cocina olía genial. Y el
soldado removiedo, y removiendo y removiendo. Y entonces volvió a probar aquel
caldo:
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que un trocito
de tocino le vendría de perlas. Claro que usted tocino no tendrá.
- - Bueno, poco tengo, poco tengo, pero un trocito de
tocino sí que le puedo dar.
Entonces la mujer fue a la despensa,
cogió un trocito de tocino y se lo dio al soldado, lo echó en la sopa y volvió
a remover y a remover, y a remover, lo volvió a probar y dijo
- - ¡Esta sopa ya está lista!. Si quiere le invito a
probarla
Entonces la mujer puso dos platos
en la mesa y los dos se sentaron a comer aquella deliciosa sopa de piedra.
Cuando probaron la primera cucharada, el soldado dijo:
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que con una
rebanadita de pan estaría mucho mejor. Claro que usted pan no tendrá.
- - Bueno, bueno, una rebanada de pan sí que puedo
darle.
Entonces cogió dos rebanadas de pan
enormes y los dos las mojaron en la sopa y empezaron a comerse aquella
deliciosa sopa de piedra. Cuando casi había terminado la mujer dijo:
- - Espere, espere, a esto lo que le falta es un
poquito de vino
Entonces la mujer fue a por el
vino y los dos echaron el vino en el mismo cuenco en el que se habían tomado la
sopa y se tomaron el vino. Cuando acabaron, le dijo el soldado a la mujer:
- - ¿Qué le ha parecido?
- - Pues que en las noches de invierno, lo mejor es
una buena sopa en compañía. – Dijo la mujer.
Y dicen, que el soldado se quedó
a vivir en la casa de aquella vieja y que todos los días preparaba para él y para
la mujer, una deliciosa sopa de piedra.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 23. Nagore 5º: Hansel y Gretel (A)
Nagore de 5º cuenta la historia de Hansel y Gretel
Al día siguiente, fueron toda la
familia al bosque en busca de leña y los niños se quedaron dormidos alrededor
de una hoguera. Por la noche no había nadie, los padres se habían ido y los
niños seguían dormidos. Gretel se puso a
llorar y Hansel la consoló diciendo, “Tranquila Gretel, he dejado un rastro de
migas de pan para que podamos volver a la cabaña”. “Vale”, contestó tímidamente
Gretel. Hansel fue a buscar el rastro de migas de pan, pero con tan mala suerte
que vio que se lo habían comido los pájaros, entonces se preocuparon y fueron a
dar vueltas por el bosque a ver si, por casualidad, encontraban su cabaña o la
de cualquier otra persona.
Y entonces, en ese momento, fue
cuando vieron una cabaña entera de chucherías, toda. Desde el tejado, con tejas
de azúcar hasta las ventanas. Todo. El caso es que no se anduvieron con “remilgamientos”,
se pusieron a zampar y les pilló la vieja que vivía en la casa, que en ese
momento les dijo, “¡pasad pasad!, veo que tenéis mucha hambre, podéis comer algo
aquí calentito y dormiréis esta noche.”
Los niños, muy confiados, y
guiándose por su apetito siguieron a la vieja sin desconfiar en
absoluto.Entraron y la vieja encerró a Hansel en un establo, y a Gretel le dijo
que preparara la comida. Los niños se quedaron envueltos en una situación que
no esperaban.
A la mañana siguiente la vieja le
estaba intentando hacer comer a Hansel mucha comida, quería que engordara para
meterlo en el horno y cocinarlo. Hansel no quería que eso pasara, entonces
siempre sacaba huesos de pollo cuando la vieja le pedía que enseñara el dedo,
así que se libró de unas buenas palizas.
Al final, la vieja se hartó y
decidió que iba a cocinarlo. Le dijo a Gretel que preparara el horno, y ella se
hizo la tonta, como que no sabía nada, pero en realidad sabía que su hermano
iba a ser cocinado, entonces tuvo una gran idea, le dijo a la vieja que no
sabía cómo se encendía el horno y esta le dijo “¡anda quita tonta!” y la
empujó, y fue a ver el horno. Cuando metió la cabeza, para encenderlo, Gretel
la empujó del culo y la metió de lleno y cerró la puerta. La vieja se estuvo
cocinando toda la noche.
Gretel, mientras, se fue a ver a Hansel
a los establos y le liberó. Fueron por la casa, con tan buena suerte que
encontraron gemas y perlas y diamantes y oro, entonces se llenaron los
bolsillos y fueron a pasear por el bosque. Vieron un río y decidieron cruzarlo
porque era un río que ya conocían, entonces dijeron, “¿cómo podemos cruzarlo?”
y les ayudó un pato que les llevó hasta la otra orilla. Luego llegaron a su
casa y sus padres no se alegraron mucho de verles, pero cuando les enseñaron
los bolsillos se pusieron contentos, ya nunca más ni sufrirían penurias, pasarían
hambre, serían ricos, qué bien.
Bueno adiós.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 22. Zoe (1º). "Las 7 Cabritillas".
Zoe tiene 6 años y empezó a contar cuentos y a hablar casi al mismo tiempo. Como para contar bien hay que contar mucho, es casi una profesional. Nos regala para el maratón una versión preciosísima del cuento de Las 7 Cabritillas, con canción incluida.
7 cabras intentan escapar de la astucia de un lobo. ¿Creéis que lo conseguirán? Para saberlo tenéis que conocer el final de mi cuento.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 21. Esther y Nicolás 4a: La Casa de la mosca Fosca.
Esther y Nicolás (4a) leen La Casa de la mosca Fosca, un cuento tradicional originario de Rusia. con texto de Eva Mejuto, e ilustraciones de Sergio Mora. Está editado por Kalandraka.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 18. Manu 5º: "La llorona".
Manuel, de 5º, nos cuenta "La llorona", una leyenda mexicana que ya forma parte nuestro imaginario.
Imagen tomada de aquí |
TRANSCRIPCIÓN DEL AUDIO LA LLORONA
En el año 1519, Hernán Cortés llegó a lo que ahora conocemos como México. Todos sabemos la crueldad con la que los conquistadores mataron a más de 200.000 indígenas, cómo acabaron con su cultura y sus creencias, y cómo les sometieron.
Una de aquellas indígenas conoció a un joven conquistador. Ambos se enamoraron y tuvieron juntos 3 hijos. La joven indígena quería casarse, pero el español le decía que mejor un poco más adelante.
Una mañana, la joven estaba paseando por las calles de su pueblo, cuando de repente oyó sonar las campanas de la iglesia.
Se acercó curiosamente a ver qué pasaba y lo que vio la dejó pasmada: su amado salía por la puerta de la iglesia agarrado de la mano de una mujer española.
Ella le miró y él le devolvió la mirada, pero hizo como si no la conociera y se metió en un carruaje junto a su nueva esposa.
La joven, con el corazón partido, se fue llorando a su choza, donde la esperaban sus tres hijos. Al verles sintió con mucha más fuerza el dolor de la traición. Era tan fuerte el dolor que se volvió loca.
Invitó a sus hijos a bañarse en el río y, cuando estaban allí los ahogó. El agua se llevó sus cuerpos, pero no había pasado mucho tiempo cuando la joven madre, arrepentida, volvió corriendo a buscarlos, llorando y gritando: “Aaaahh, mis hijooooos…”
Y con todo su dolor y toda su culpa….. se suicidó.
Desde entonces, cuenta la leyenda que los aldeanos de aquel lugar, todas las noches de luna llena, a la media noche, cierran sus puertas y ventanas, acuestan pronto a sus hijos, e incluso algunos se tapan los oídos con la almohada para no oír los gritos y los llantos desgarrados de dolor que se escuchan.
Han pasado cientos de años, pero son muchas las personas que aseguran haber visto a La Llorona: una mujer con bata blanca y esquelética, melena oscura y llanto desconsolado, que avanza lentamente sin tocar el suelo… Sin embargo, nadie sabe cómo es su rostro. Todos los que la miraron a la cara, murieron al instante.
Así que ya sabes… si una noche de luna llena oyes el sonido de un llanto…. ¡huye!
Y colorín, colorado, esta leyenda…. ¿ha terminado?
IV MARATÓN DE CUENTOS. 17. Luna 4º, Alba 2º y Alejo 4a: 'El Tonto del pueblo' (S)
Del abuelo de Luna 4º, Alba 2º y Alejo 4a, llega esta historia que contaba a su hijo Rodrigo cuando era pequeño. Se titula El Tonto del pueblo y esperamos que os guste.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 16. Bea, (2º ESO): "La estrella inesperada". (S)
Bea, hace un par de años que salió del cole. Ahora está en 2º de ESO, pero le sigue encantando contar historias, ensayó mucho en sus años trabenqueros. Además pertenece a un extirpe de grandes narradoras, donde el pan de cada día es la sensibilidad, y eso se nota, entre otras cosas, en el amor que transmite cuando cuenta.
Hoy tenemos el lujo de que nos cuente: La estrella inesperada.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 15. Cuentos de Sobremesa: "Ratón alto y ratón bajo"
Cuentos de Sobremesa: "Ratón alto y ratón bajo"
IV MARATÓN DE CUENTOS. 14. Mario 5º y Gonzalo 1º. "El Mago de Oz" (A)
Mario de 5º y su hermano Gonzalo de 1º, nos cuentan: El Mago de Oz, un clásico maravilloso de la literatura universal.
IV MARATÓN DE CUENTOS. 13. Laia 1º, Aimé 4a & familia: "Pandora" (S)
Laia Morte, Aimé Morte, Pher y Erica desde lado de acá (España) junto con Pablo Varela desde el lado de allá (argentina). han subido al monte Olimpo y han encontrado una caja ¡con un mito!. Ni más, ni menos.
¿Qué guardas tú en tu caja?...