En abril, con los primeros rayos de primavera, vino al cole Simone Negrín, un narrador italiano con acento gallego, que tenemos el honor de incluir en nuestra pared de la fama de Raros del Trabenco. Estábamos deseando conocerle mejor, así que le hicimos esta entrevista.
Simone, ¿quién te contaba cuentos cuando eras pequeño?
En realidad nadie,
tenía algunos vinilos de 45 Rpm con cuentos. Lo más próximo a contar cuentos
era mi abuela cuando se inventaba historias con el objetivo de distraerme para
que comiera verdura.
¿Cuál era tu cuento
favorito?
Creo que pulgarcito.
¿Cómo empezaste a
contar y/o a escribir cuentos?
Empecé haciendo
teatro, luego pasé a escribir piezas de teatro, y cuando empecé a escribir
guiones audiovisuales, mezclé lo de actuar en un escenario con lo de inventarme
películas.
¿Cuál es lugar más especial en el que has contado?.
En Colombia, en un local del centro de Bogotá que es lo más parecido al infierno que he visto en mi vida.
¿Dónde te gustaría contar y todavía no lo has hecho?
Me gustaría contar en Italia.
¿Qué es lo que
más te gusta de tu oficio?. ¿Y lo que menos?
Lo que más me gusta es
cuando puedes hacer reír y llorar el público en un sólo espectáculo. Lo que
menos me gusta son las funciones con poco público, porque me canso mucho.
Si fueras el
personaje de un cuento popular ¿Quién serías?
Pinocho.
Dinos tres
ingredientes imprescindibles para ser un buen narrador.
Sentirse a gusto
delante de un público, saber escuchar y tener oído musical.
Acabamos donde
empezamos, ¿Quién te cuenta cuentos hoy a ti?
El resto de compis del
mundo de la narración.
¿Cuál es tu cuento
favorito?
No tengo uno favorito,
pero para crear, jugar o inventar, el que suele dar más juego es Caperucita.
¿Qué te llevas
de tu visita al Trabenco?
Mucho cariño y una caja con
muchísimos regalos, como no había recibido nunca!