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jueves, 6 de junio de 2024

ENTREVISTAMOS A SIMONE NEGRÍN. Celebrando la primavera.

 En abril, con los primeros rayos de primavera, vino al cole Simone Negrín, un narrador italiano con acento gallego, que tenemos el honor de incluir en nuestra pared de la fama de Raros del Trabenco. Estábamos deseando conocerle mejor, así que le hicimos esta entrevista.


Simone, ¿quién te contaba cuentos cuando eras pequeño?

En realidad nadie, tenía algunos vinilos de 45 Rpm con cuentos. Lo más próximo a contar cuentos era mi abuela cuando se inventaba historias con el objetivo de distraerme para que comiera verdura.

 ¿Cuál era tu cuento favorito?

Creo que pulgarcito.

 ¿Cómo empezaste a contar y/o a escribir cuentos?

Empecé haciendo teatro, luego pasé a escribir piezas de teatro, y cuando empecé a escribir guiones audiovisuales, mezclé lo de actuar en un escenario con lo de inventarme películas.

¿Cuál es lugar más especial en el que has contado?.

En Colombia, en un local del centro de Bogotá que es lo más parecido al infierno que he visto en mi vida. 

¿Dónde te gustaría contar y todavía no lo has hecho?

Me gustaría contar en Italia.

¿Qué es lo que más te gusta de tu oficio?. ¿Y lo que menos?

Lo que más me gusta es cuando puedes hacer reír y llorar el público en un sólo espectáculo. Lo que menos me gusta son las funciones con poco público, porque me canso mucho.

Si fueras el personaje de un cuento popular ¿Quién serías?

Pinocho.

 Dinos tres ingredientes imprescindibles para ser un buen narrador.

Sentirse a gusto delante de un público, saber escuchar y tener oído musical.

Acabamos donde empezamos, ¿Quién te cuenta cuentos hoy a ti?

El resto de compis del mundo de la narración.

¿Cuál es tu cuento favorito?

No tengo uno favorito, pero para crear, jugar o inventar, el que suele dar más juego es Caperucita.

¿Qué te llevas de tu visita al Trabenco?

Mucho cariño y una caja con muchísimos regalos, como no había recibido nunca!


ABRAZOS BIBLIOTRABENQUEROS

martes, 5 de febrero de 2019

Entrevista a Estrella Ortiz

El pasado miércoles 16 de enero nuestra biblioteca se llenó de magia de la mano de Estrella Ortiz; lectora, escritora, cuentista y poeta, que aceptó nuestra invitación para ser Rara trabenquera y nos hizo pasar una tarde verdaderamente inolvidable. 












Antes de marchar quisimos que nos contara algunas cosas más sobre ella su trabajo y le hicimos esta entrevista: 

1.    ¿Quién te contaba cuentos cuando eras pequeña?
No tengo recuerdos claros de que me contaran cuentos. Sé que mi padre sí me contaba, pero eran retahílas, adivinanzas, trabalenguas… muchos temas cortos de folclore: “la gallina pinta, piririnca, piriranca, rubia y pitiblanca…” cosas así recuerdo bastantes, no tanto un cuento largo. Y también recuerdo las historias de la guerra que escuchaba cuando estaba con mi abuelo y con el señor que ayudaba a mi padre, ellos hablaban como se hablaba antes a los niños, como si no escucharan, de que habían estado en campos de concentración y cosas así. Fueron historias inolvidables. Pero no porque me traumatizaran, supongo que ellos tenían bastante miramiento para no contar cosas sangrientas, sino porque contaban cosas que eran más bien peripecias.

 2. ¿Cuál era tu cuento favorito?
El cuento que me gustaba de pequeña era Hansell y Gretell. Pero ahora mismo no guardo una emoción con respecto a ese recuerdo. Pero sí esa idea de la bruja, la casita de chocolate, perderse en el bosque… todo era un poco inquietante. Pero se salvaban los dos hermanitos juntos, y eso me encantaba.

3. ¿Cómo descubres que quieres dedicarte a esto?
Lo primero es leer. Desde pequeña he sido una lectora muy voraz. Estudié magisterio porque me gustaba, y creo que hay un punto de pedagogía dentro de lo que hago, una visión de aportar cosas que sirvan para… no sé qué, pero que sirvan, y yo creo que eso me lo da esa vocación primera. Nunca llegué a ejercer de maestra, pero el poso siempre quedó ahí.
Más tarde, hice teatro y llegué a estudiar en la escuela de arte dramático de Madrid, como una manera de canalizar también mi expresión. Empecé, mientras estudiaba magisterio, apuntándome a la Escuela Municipal de Teatro de Guadalajara, y luego me fui a Madrid y ahí pensé que el teatro era el principio-fin de mi vocación. Por entonces no existía la profesión de cuentista, salvo en la esfera de las familias y las escuelas, y no se oía nada de cuentos en otros ámbitos. Un ejemplo: en magisterio no se estudiaba nada sobre literatura infantil, para qué íbamos a hablar de cuentos… es algo increíble, pero es real, ha ocurrido.
Entonces, aunque yo hice magisterio por vocación, realmente ahí no tuve ningún profesor o profesora que nos hablara sobre esto, sí de literatura, porque hice la especialidad de filología, pero al camino de los cuentos llegué trabajando en el teatro: un día Blanca Calvo, la bibliotecaria de Guadalajara, nos propuso a la compañía de teatro en la que yo estaba si alguien quería contar cuentos,  y nos miramos y dijimos: “¿qué?” Al resto de compañeros la propuesta no les interesó, pero a mí me atrajo mucho. Blanca me dijo: “estoy un poco cansada de que los niños siempre saquen los mismos libros en préstamo de la biblioteca, mi objetivo es cambiar esto, me apetece hacer presentaciones y poner en valor libros que sé que son muy buenos, pero que no los leen”. Por eso mis inicios fueron de animación a la lectura, porque la idea me interesaba mucho, y no ha dejado de apasionarme. Cada vez que iba a la biblioteca en esa fase inicial, Blanca recorría la biblioteca de Guadalajara, que tenía un fondo infantil importante, y decía: “este, sí y este también y este…”,  y yo me iba a mi casa con bolsas llenas de libros cada vez. Por entonces, estamos hablando de 1983, coincidió con la época en que empezaron a entrar todos los títulos interesantes que habían estado sin editarse hasta entonces, y era como si la literatura infantil empezara a existir de golpe en España; Maurice Sendak, Gianni Rodari… todos los grandes nombres que ahora parece que han estado siempre, pues no, no estaban… y claro, era un enamoramiento detrás de otro, y yo sin parar de leer y ella pasándome cosas. Así que un día me dije: “esto es lo mío”. Porque, en el fondo, me convertí en mi primera oyente. Todavía de vez en cuando me pregunto: ¿pero aún te sigue interesando lo que cuentas?” y me digo: “pues si, todavía sí… (risas). Y por eso sigo.

4 ¿Qué crees que aportas con lo que haces?
Pues no lo sé… creo que puedo resultar un buen ejemplo respecto a disfrutar mucho de mi trabajo y eso me parece muy importante en la sociedad, que guste lo que haces, cada una, cada uno, a lo suyo. Mi trabajo me lo tomo un poco como obrera de los cuentos. A veces se me olvida invitar a los amigos cuando tengo sesiones de cuentos porque, sencillamente, es mi curro y la gente cuando se va a la fábrica no dice.  –“¡Oye, que voy a currar!”. Tengo una manera de ver mi trabajo como una curranta, pero una curranta enamorada.

5. Si fueras el personaje de un cuento ¿quién serías?
El último personaje que me ha encantado ha sido Topolin, de Janosch, un escritor alemán que hacía sus propias ilustraciones. Tiene bastantes libros publicados en España y me parece un autor muy interesante.

6. Dinos tres ingredientes que tiene que tener un buen narrador.
¡Madre mía!, vaya preguntón. No me veo capacitada para sentar cátedra. En todo caso puedo decir lo que se me ocurre así, de pronto….
Yo creo que para ser narrador-a, hay que saber compaginar el mundo interior y el exterior. Sentir esa inocencia que te hace deslumbrarte por las cosas, pero a la vez tener un sentido fuerte de comunicación, no el sentido pasivo del lector, sino una voluntad imperiosa de comunicar. Si no hay esa fuerza inicial, es difícil que haya avances, porque a veces en la práctica los caminos del narrador son muy complicados
Otra cosa importante: es un trabajo que no puedes hacer solo por dinero, porque contado cuentos te expones mucho, tú eres tu propio mensaje. Esto es un privilegio y al mismo tiempo una gran responsabilidad.
Y por último, incido en el tema del repertorio. Es algo fundamental, porque está en línea directa con esa vida interior de la que he hablado antes, porque cada cuentista ha de tener su propio rio subterráneo, su propia verdad. No es cuestión de coger lo primero que me encuentro, ¡no!, ¡tienes que dar algo más!

 7. De los libros que has escrito ¿Cuál es tu favorito?
De mis dos ensayos: “Contar con los cuentos” y “Contar con la poesía”, guardo un recuerdo muy bueno, muy intenso y muy largo en el tiempo, de muchas reflexiones, y de muchos hallazgos también para intentar expresarlas. Me siento bastante contenta de haberlos hecho. “Contar con la poesía” es un libro planteado para perderle el miedo a decir poesía de viva voz, una actividad maravillosa y en la que creo con toda mi alma. Y “Contar con los cuentos”, un ensayo para principiantes en el arte de contar historias, nació en 2002 y me encanta que todavía no se haya hecho viejo. Está reeditado con Palabras del Candil en 2009; y hace muy poco, a finales de 2018, se ha editado en Chile con muy buena acogida.
Los libros que he escrito para niños también me alegran mucho. Son una puerta hacia una parte de mi trabajo, el de la edición, que cada vez me interesa más. Hablaré del último, La Caja de Colores, un precioso trabajo con la ilustradora Leticia Ruifernández, en Ediciones La Guarida.

8. Acabamos donde empezamos, ¿quién te cuenta cuentos hoy a ti?
Pues la mayoría de las veces son los libros los que me los cuentan y los encuentros con amigos. Además, me gusta mucho escuchar a la gente.

9. ¿Cuál es tu cuento favorito?
El último: Topolín como historia para pequeños. Y para mayores, soy un poco rara, por eso me habéis llamado para venir aquí: me encanta el ensayo. Ahora me estoy leyendo un tocho maravilloso que se titula “La luna” y que pesa dos kilos y medio y lo sé porque lo he pesado (risas). Anoche me terminé “Breve historia de la mentira”, y el anterior había sido “Antropología de la mentira”, porque yo cuando pillo un camino… soy un poco “sabuesa” y me encanta profundizar (risas).

10. Alguna cosa más que nos quieras decir o que te quedes con ganas de contarnos.
Me siento muy contenta por vuestra invitación. Ha sido una tarde maravillosa compartiendo mis universos -libros, cuentos, poemas- con las personas, grandes y chicas, de Trabenco. Gracias.


martes, 1 de enero de 2019

Fernando Rubio en la VIII Edición del Ciclo Raros del Trabenco

Como Nunca es tarde si la dicha es buena y la dicha fué buenísima, compartimos, con un poco de retraso, la bonita experinecia de tener en el cole a Fernando Rubio, escritor y Editor de Ediciones la Guarida, con el que aprendimos un montón de cosas sobre el trabajo del editor y el escritor, compartimos momentos inolvidables y acabamos impregnad@s de ganas de hacer las cosas con tanto amor como él pone en su trabajo.

Ediciones la Guarida nace con el cariño y la ilusión de quien confía en le poder de la literatura para estimular, divertir y descubrir, de quien busca la risa, la curiosidad y la sorpresa en sus libros, de quien apuesta por la ilusión, las ideas y los sueños para pilotar la nave más tecnológicamente avanzada: la imaginación.



El Comité de Biblioteca Infantil le dió la bienvenida con el tradicional pregón.


Entre otros nos mostró "El Sueño de una Marioneta" un fantástico libro escrito y editado por él, que los inños representaron improvisadamente..


Con los alumos de 5º y 6º descubriendo un montón de  secretos sobre el trabajo del editor... ¡qué dificil seleccioonar los libros!.


Fernando vino acompañado de su hermana Cristina Rubio, gestora cultural de La Guarida, mentor estratégica, formadora, locutora y actriz de doblaje, que nos regaló  lecturas aderezadas con su formidable voz.
Resolvió dudas y despertó inquietudes, pero sobre todo contagió su entusianmo por hacer de los pequeños proyectos misiones imprescindibles. por hacer de un sueño un camino vital, por apostar y confiar en el poder de la buena gente.


Por la tarde niños y grandes pasamos una tarde estupenda de verdad.




Antes de despedirnos le hicimos esta pequeña entrevista

1.  ¿Quién te contaba cuentos cuando eras pequeño?
Recuerdo a mi abuela, pero a mi me han contado pocos cuentos, me los he tenido que contar yo a mi mismo.

2. ¿Recuerdas cuál era tu cuento favorito cuando eras pequeño?
Pues no si por qué me lo contaron o por qué lo leí, mi cuento favorito de cuando era pequeño era Gulliver, me gustaba mucho, si.

3. ¿Cómo descubres que quieres ser escritor o que quieres dedicarte a la edición de libros?
Pues no lo sé la verdad, creo que si supiera cómo surge eso trataría de contagiárselo a mucha gente porque es muy bonito. No lo sé, de repente surge una necesidad de contar, de sacar lo que tienes dentro y te pones a buscar. Es como descubrir dentro de ti  mismo una especie de baúl que dices: ¿y esto?, ¿a ver que hay ahí dentro?, y empiezas a sacar y dices: - ¡ahí va!... En cualquier caso me ha pasado ya de mayor. Siempre me han gustado las historias, siempre me ha gustado la sorpresa, la emoción, pero me ha tocado ya con cerca de 40 años el gusanillo.

4. ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?.
Pues cosas como las de hoy, el ver que lo que haces ayuda, el ver que lo que haces emociona, y gusta, es muy reconfortante, porque a veces hay momentos muy solitarios, muy difíciles, en los que te preguntas muchas cosas, porque cuando no sabes realmente cuando te has hecho editor o escritor, tampoco sabes realmente si lo debes de seguir siendo. Es una cosa extraña, es una vida un poco etérea y no sientes en ningún momento estar pisando algo sólido, entonces es un poco raro. Pero dentro de esos momentos en que te encuentras un poco solo, que lo ves todo un poco extraño, tener días como el de hoy, sobre todo con docentes, ayuda mucho. Estoy muy convencido de que si cambiamos el mundo va a ser desde los colegios, y ayudar a que haya colegios como este, pues me hace sentir muy bien conmigo mismo.

5. ¿Qué crees que aportas con lo que estás haciendo?
Yo no sé exactamente que es, pero intento un poco ayudar a cambiar el mundo, que a veces es un poco feo y hay gente muy maja, así que vamos a tratar de que haya más, y si eso se consigue con los libros, con las historias y emocionando, creo que por ahí es por donde tenemos que ir. La medicina la tenemos, pero no quieren recetarla, creo que ese es el tema.
 
6.  Si fueras el personaje de un cuento ¿quién serías?
No sé, a lo mejor Gulliver molaría ¿no?, encontrarte gente extremadamente grande o extraordinariamente pequeña… si, si, Gulliver.
 
7. ¿Cual crees que son los tres ingredientes imprescindibles que tiene que tener un buen autor?
Creo que tiene que ser honesto, tener una pizca de talento y como decía Beethoven, mucho trabajo. Un dos por ciento es talento y el resto es trabajo. Entonces un poco de talento y mucho trabajo y honestidad, creo que son básicamente los tres ingredientes que yo pondría. Falta el cariño, aunque dentro de esa honestidad de la que estoy hablando también está el hacer las cosas con cariño y no hacerlas por hacer.
 
8. De los libros que has editado ¿Cuál es tu favorito?
Me siento orgulloso de “Un cuento y veinti3 sonrisas” y “El sueño de una marioneta”, quizás porque fue el primero. Pero es difícil porque son como tus hijos, tanto como autor o como editor son un poco tus hijos y en casi todos he tenido bastante que ver, entonces me cuesta trabajo elegir uno.

9. Acabamos donde empezamos, ¿quién te cuenta cuentos hoy a ti? Bueno, ahora voy a muchos sitios donde se cuentan cuentos, y en casa aunque yo les cuento cuentos a mis hijos, es sobre todo es mi pareja la que suele contarles y yo pongo la oreja, entonces ¡robo cuentos!, no me los cuentan directamente a mí, pero cuando se los cuentan a mis hijos yo me cuelo.

10. ¿Cuál es tu cuento favorito?
Es una pregunta muy difícil, no lo sé… un libro que me gusta mucho, y últimamente he vuelto a leer es “La conjura de los necios”, aunque no sé si es mi libro favorito, es por decir alguno, me parece que es un cuento también. Creo que es una pasada y que la vida del autor es muy triste.  Lo leí hace como diez o quince años y lo he leído ahora otra vez y me ha gustado mucho reencontrarme con Ignatius Reilly, el protagonista, creo que es un gran personaje, un libro fundamental