El pasado Lunes 12 de abril, en plena primavera, Charo Pita vino de tierras gallegas para pasar la mañana en el cole con el Ciclo de Infantil, dentro de la X Edición del Ciclo Raros en la Biblioteca del Trabenco. Un proyecto del que nos sentimos super orgullosas y que va creciendo gracias a gentes bonitas que nos engordan la pasión por los cuentos y la literatura.
Fue una mañana estupenda, llena de cuentos, canciones y poesía, en la que los más tiernos trabenqueros disfrutaron de lo lindo.
Y como una imagen vale más que un potosí, aquí os dejamos algunas fotos:
Nuestros grandes Duendes Pregoneros dieron el pregón de presentación |
Tarareamos canciones |
Escuchamos el sonido del viento |
Cantamos haciendo rodar La Avellana |
Le regalamos un montón de dibujos |
y ella se aprendió todos nuestros nombres. Es un poco meiga Charopita |
Trajo la rica la lengua gallega... |
... para dejarnos embelesados. |
Y nos cantó taaan bonito... |
...que no queríamos dejarla marchar. |
¡Gracias Charo!, que suerte haberte conocido. |
Y no se lo digas a nadie, pero nuestros gigantes lo vieron todo, ¡y mira que cara se les ha quedado! |
PARA TERMINAR LA ENTREVISTAMOS, verás, verás... :
- Charo, ¿Quién te contaba cuentos cuando eras pequeña?. ¿Cuál era tu cuento favorito?
- Uy,
nadie me contaba cuentos. Empecé a leer muy pronto y los cuentos los recibía a
través de los libros.
Pero
en mi casa nunca se comía con la televisión encendida y durante la sobremesa se
hablaba mucho, en especial los fines de semana. Gracias a esa costumbre, oía a
mis padres contar cosas de otras épocas. No se trataba de cuentos tradicionales
sino de historias de vida. Los dos narraban muy bien. A veces, los
protagonistas de los relatos eran ellos mismos cuando eran niños o jóvenes;
otras veces, los protagonistas eran mis abuelos, mis tías o familiares que no
conocía porque ya habían muerto o porque habían emigrado a lugares lejanos,
como Venezuela o Florida… Eran historias estupendas, un poco tristes y siempre
sorprendentes.
- ¿Cómo descubres
que quieres ser narradora oral?
- Yo
soy tremendamente despistada y nunca en mi vida he sido capaz de descubrir
nada. Eso sí, he tenido la suerte de que la narración oral me descubriese a mí.
Menos mal que ella estaba atenta.
Si
os digo lo que pasó, no os lo vais a creer.
Un
día que me aburría fui a contar un cuento para doscientos niños entre cuatro y
catorce años. Todavía no me explico cómo, pero a los doscientos les gusto el
cuento. También a los profes. La narración oral que de vez en cuando es así de
generosa.
- ¿Cómo es el
camino que haces? (Los pasos, las dificultades, los apoyos...)
- Después, me empezaron a llamar de más coles de los
alrededores, aunque, con gran alivio por mi parte, para contar para públicos
menos numerosos.
Y a partir de ahí me puse a investigar. Conocí a
gente estupenda que me aconsejó y me echó una mano cuando hizo falta.
Estoy muy orgullosa porque durante los primeros años como narradora cometí muchos errores. Me gustan los errores. Equivocarse significa que estás buscando el camino. También tuve algunos aciertos. De eso también estoy orgullosa. Y así, conjugando los unos con los otros fui creciendo hasta convertirme en la narradora que soy. Pero que nadie se crea que aquí se acaba todo. De eso nada. Cuidadito que todavía no he dejado de crecer.
- Háblanos del
lugar más especial en el que has narrado cuentos.
- En el salón de actos de una caja de ahorros en A Coruña. Me di cuenta de
que estaba narrando en el mismo lugar donde había tenido mi padre su taller de
coches. De niña lo había ido a buscar allí un montón de veces. Increíble. Estaba
tan asombrada, que hasta me recité algún poema.
- Hay algún
lugar dónde te gustaría contar y todavía no lo has hecho
- Seguro que hay sitios estupendos en los que todavía no he contado. Pero ni
tengo prisa ni me pongo metas que luego viene el estrés. Si tienen que llegar,
pues llegarán.
- ¿Qué es lo
que más te gusta del oficio de narrar?. ¿Y lo que menos?
- Me encanta
encontrar un cuento que me conmueve o me divierte y caminar con él antes de
contarlo por primera vez en público. Es una costumbre que tengo. Me gusta un
cuento, me lo preparo y luego, con él en la cabeza, lo saco a pasear como si en
vez de un cuento fuese un perro.
Lo que menos me gusta es toda la cuestión de papeleo administrativo que rodea a cualquier oficio. También al de narrar.
- Si fueras el personaje de un cuento clásico ¿Quién serías?
- La bruja Babayagá. Es como la tierra o como yo misma: a veces tan buena que da frutos; otras, tan mala que provoca terremotos. Además, viaja en una casa con patas de gallina. Es un vehículo que no he probado todavía y por el que siento una gran curiosidad.
- Dinos tres
ingredientes imprescindibles que tiene que tener una buena narradora.
Simpatía, honestidad
con ella misma y con lo que cuenta y capacidad para disfrutar de cada sesión de
cuentos.
- ¿y una buena
escritora?
- Amor por las palabras, paciencia y cierta tendencia al cotilleo.
- Si fueras el personaje de algunos de tus cuentos ¿Quién te gustaría ser y por qué?
- Uf, muy difícil.
La tortuga, de
Quién puede vencer al viento, porque la tranquila lentitud me apasiona.
Antea, de
Viejecitas, porque debe ser una experiencia increíble construir una persona de
los pies a la cabeza.
El señor Romero, de La calle del puchero, por el buen rollo que tiene.
- Acabamos
donde empezamos, ¿Quién te cuenta cuentos hoy a ti?
- A diario,
nadie. Pero de vez en cuando voy a escuchar a gente amiga para quitarme el
gusanillo.
- ¿ Cuál es tu
cuento favorito?
- Ese que todavía no he contado.
- ¿Alguna cosa más que nos quieras decir o que te quedes con ganas de contarnos?
Fue un placer contemplar tus palabras en las caras y cuerpos de nuestras criaturas. Gracias por compartir tus cuentos con nosotras.
ResponderEliminarMaravillosaaaaa Charo!! Nuestras chicas y chicos disfrutaron muchísimo!!
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