Pequeño Dragón (5º) cuenta Sopa de Piedra
Hubo una vez un soldado, que volviendo de la guerra tubo la mala
suerte, de llamar justo en la puerta de la mujer más tacaña de todo el pueblo.
- - ¿Quién va? – Dijo la mujer
- - Soy un soldado que viene hambriento y cansado
dela guerra
- - Pues siga usted su camino que yo no tengo nada
que ofrecerle
- - Pero hombre, ¡mujer!, si yo no soy un mendigo, si
yo soy un soldado. Lo único que le pido es una olla y un poco de agua para
prepararme una deliciosa sopa de piedra.
- - ¿Sopa de piedra?... bueno, pase, pase…
Entonces la mujer dejo pasar la
soldado y este puso unas piedras que llevaba en el morral en la olla que le
había dejado la mujer y empezó a remover. Y a remover y a remover y a remover y
después de un rato probó aquél caldo
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que… le
faltaría un poquito de sal. Claro que usted sal no tendrá….
- - Bueno, poco tengo, poco tengo, pero un poco de sal
sí que le puedo dar.
Entonces la mujer fue a la despensa, cogió la sal y se la
dio al soldado, este la echó y empezó a remover y a remover, y a remover y
después de un rato volvió a probar aquel delicioso caldo.
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que con un
poco de cebolla picada estaría genial. Claro que usted cebolla no tendrá….
- - Bueno, poco tengo, poco tengo, pero un poco de cebolla
sí que le puedo dar.
Entonces la mujer fue a la cocina,
cogió una cebolla y se la dio al soldado, que bien picadita, la metió en la
olla y empezó a remover y a remover, y a remover, y entonces volvió a probar la
sopa y dijo:
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que con un
poquito de zanahoria y con un poquito de puerro estaría para chuparse los dedos.
Claro que usted no tendrá zanahoria y puerro.
- - Bueno, poco tengo, poco tengo, pero un poco de zanahoria
y puerro sí que tengo.
Entonces fue a la cocina cogió un
poco de zanahoria y puerro y se lo dio al soldado, que otra vez lo picó y lo metió
en la olla. Y empezó a remover y a remover, y a remover, y entonces volvió a probar
aquel caldo:
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que con un
poquito de apio estaría mucho mejor. Claro que usted apio no tendrá.
- - Bueno, poco tengo, poco tengo, pero un poco de apio
sí que tengo.
Se fue a la cocina cogió apio y el
soldado lo troceó y lo echó la olla. Y ¡oye!, que la cocina olía genial. Y el
soldado removiedo, y removiendo y removiendo. Y entonces volvió a probar aquel
caldo:
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que un trocito
de tocino le vendría de perlas. Claro que usted tocino no tendrá.
- - Bueno, poco tengo, poco tengo, pero un trocito de
tocino sí que le puedo dar.
Entonces la mujer fue a la despensa,
cogió un trocito de tocino y se lo dio al soldado, lo echó en la sopa y volvió
a remover y a remover, y a remover, lo volvió a probar y dijo
- - ¡Esta sopa ya está lista!. Si quiere le invito a
probarla
Entonces la mujer puso dos platos
en la mesa y los dos se sentaron a comer aquella deliciosa sopa de piedra.
Cuando probaron la primera cucharada, el soldado dijo:
- - Uuuuhm, no está mal, nada mal, solo que con una
rebanadita de pan estaría mucho mejor. Claro que usted pan no tendrá.
- - Bueno, bueno, una rebanada de pan sí que puedo
darle.
Entonces cogió dos rebanadas de pan
enormes y los dos las mojaron en la sopa y empezaron a comerse aquella
deliciosa sopa de piedra. Cuando casi había terminado la mujer dijo:
- - Espere, espere, a esto lo que le falta es un
poquito de vino
Entonces la mujer fue a por el
vino y los dos echaron el vino en el mismo cuenco en el que se habían tomado la
sopa y se tomaron el vino. Cuando acabaron, le dijo el soldado a la mujer:
- - ¿Qué le ha parecido?
- - Pues que en las noches de invierno, lo mejor es
una buena sopa en compañía. – Dijo la mujer.
Y dicen, que el soldado se quedó
a vivir en la casa de aquella vieja y que todos los días preparaba para él y para
la mujer, una deliciosa sopa de piedra.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
¡Este Dragoncito me ha robado un cuento! y a él le sienta mejor que a mi... Que maravilla cuando los cuentos pasan de boca en boca. Sigue contando dragón, no sabes lo que disfruto escuchándote.
ResponderEliminarPero qué bien cuentas, Dragón!!!
ResponderEliminarHola Drago. SOY MARIO 5°. Me ha encantado tu cuento. Gracias por traerlo
ResponderEliminarUn gustazo escucharte, me encanta como lo cuentas, muchas gracias.
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